Chabuca Granda (1920-1983)


Isabel "Chabuca " Granda, nació el 3 de septiembre de 1920, en un asentamiento minero de oro, llamado Ccochasayhuay en Progreso Grau Apurímac, cerca de la provincia de Abancay, ubicada en la región de Apurímac. Esta artista peruana comienza a cantar a los 12 años de edad, y forma parte del coro del elitista Colegio Sophianum de Lima por su voz de soprano. Una operación le produjo la voz grave con la que se dio a conocer. Formó parte del conjunto "Luz y Sombra" junto con Soledad Mujica. Su despliegue personal como cantautora se inicia luego de su divorcio, que fue visto como un escándalo para la sociedad limeña de aquella época.El primer período de su producción creativa es netamente evocativo y pintoresco; “Chabuca” -–este es el nombre con el que se hizo llamar -– le canta a la Lima antigua, señorial, de comienzos de 1900. Es la ciudad que ella conoció a través de su padre don Eduardo Granda San Bartolomé, la del barrio del Barranco, de grandes casonas afrancesadas, con inmensos portales y jardines de invierno.Su fama como compositora alcanzó en 1953 nivel nacional, cuando el conjunto Los Chamas grabó su tema La flor de la canela. A esta primera etapa pertenecen también otros temas como “Gracia” y "Ha de llegar mi Dueño" popularizados por el trío Los Troveros Criollos, “José Antonio” y “Fina estampa” popularizados por Edith Barr, “Puente de los suspiros” y “Lima de veras” popularizados por el trío Los Morochucos y “Zeñó Manué” popularizado por la propia compositora, entre otros.La misma compositora cimentó su fama con un álbum llamado “Lo Mejor de Chabuca Granda”. Este disco editado en 1962 y supervisado por la misma Chabuca reunió a sus intérpretes favoritos, Los Troveros Criollos, Los Chamas, Jesús Vásquez y Eloísa Angulo. A la calidad de los temas y las virtuosas interpretaciones, se sumó una calidad de sonido nunca alcanzada hasta entonces, por lo cual es considerado como uno de los mejores discos en la historia de la música criolla peruana.Ella rompe la estructura rítmica convencional del vals peruano, y sus melodías, de tesitura muy amplia, alternaron el nuevo lenguaje que propuso con el de los antiguos valses de salón. Su producción también revela una estrecha relación entre letra y melodía, que fue variando con el tiempo hacia una tendencia poética cada vez más sintética.Más adelante, Chabuca quebrantó incluso las estructuras de la poesía convencional, y el ritmo de las canciones seguirá los pasos de esa evasión de las rimas, consonancias y métricas dadas. A este última etapa pertenece un ciclo de canciones dedicadas a la chilena Violeta Parra y a Javier Heraud, poeta peruano asesinado en 1963.En sus últimos años, Chabuca Granda interpretó un repertorio ligado al renacimiento de la música afroperuana que, a pesar de haber estado presente en el país, había sido denostada por razones sociales. Manejó con maestría “negra” el abanico de ritmos que enriquecieron la música popular peruana y su poesía tomó el sesgo de la acuarela, el trazo sintético y sugerente de colores y sensaciones.Su voz y su vasta obra se extendieron más allá de las fronteras de su país. Sus letras han sido cantadas también por intérpretes de todo el mundo, que han visto en sus composiciones una fina y sensible expresión de la música del PerúFalleció por una isquemia cardíaca en una clínica de Miami, Estados Unidos, el 8 de marzo de 1983.

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